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Cero agobios, cero postureo.



Hablemos claro. Esta pandemia, con el consiguiente confinamiento, se nos esta haciendo bola. Se está alargando más que un día sin pan y es necesario, creo yo, detenerse un instante a analizar lo que está pasando. Muchos de los llamados influencers nos están vendiendo una vida perfecta, llena de sonrisas y buen rollo. Yo digo BASTA YA. Necesitamos recuperar el control y ya que con la cuarentena no lo podemos hacer porque se escapa a nuestro poder, hagámoslo con nosotras mismas. Recuperémonos. Porque está bien no estar bien a veces. No pasa nada si un día no tienes ganas de subir 20 stories contando lo maravilloso que es todo. Más que nada porque no siempre lo és. 


Normalicemos aceptar que hay días flojos. Días buenos, días regulares y días jodidamente malos. Días en los que no apetece abrir ese libro que tienes a medias, por ejemplo. Días en que los que lo único que te nace es quedarte en el sofá y ponerle el piloto automático al cerebro. Pues bien: No pasa absolutamente nada. ¿Sabes porqué? Porque eso implica que somos personas y no máquinas. Que tenemos altibajos porque somos humanos. Y es que precisamente estos días flojeras son los que nos harán coger impulso para volver a estar en la cresta de la ola. 


Así que cero agobios, malasañeras, que de esta saldremos todas juntas. Más fuertes y más solidarias. Mejores. Ya llagarán tiempos de cantar hasta quedarse afónica, de bailar hasta tener agujetas o de besar como si no hubiera un mañana. Y si hoy no es uno de esos días, no te fustigues. Sírvete un vino y un poco de queso porque mañana te volverás a comer el mundo. 



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