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¿Recordáis esos viajes maratonianos por carretera? ¿Con toda la familia apretujada entre maletas y bártulos? Así empezaban hace muchos años las típicas vacaciones de quienes tenían suerte de poder disfrutarlas. Con el paso del tiempo, nos hicimos más modernos y cosmopolitas. Comenzamos (de nuevo, los más afortunados) a viajar por Europa y por el mundo. Vinieron los Erasmus, los Inter raíles, los todo incluido en islas paradisíacas, los fiordos, centroeuropea, Paris, Berlín, Londres los cruceros y si éramos más espirituales, el Oriente Medio, la India, Indonesia... y ahora... llega 2020, con sus huevos toreros y nos dice que eso se ha acabado, que nos trae una pandemia de proporciones bíblicas. Así que así estamos. En pleno verano y moviéndonos a duras penas y con muchas precauciones, por España. Así que, ¡démosle la vuelta! Volvamos a disfrutar de esos rincones, esos parajes casi olvidados de nuestro país, de la tremenda gastronomía y la enorme riqueza de culturas que tenemos en el país. Disfrutemos de la casa de los abuelos, de los campings a la orilla del mar... de esos días de tortilla de patata o bocatas de filete empanado con pimientos en la playa con una enorme nevera azul... y porqué no, de esos atardeceres eternos en la playa mientras vas sintiendo la arena fría en tus pies aunque, sin embargo, el agua está más caliente que durante el día... podremos disfrutar también de baños nocturnos, sin apenas contaminación lumínica. Tan solo iluminados con estrellas que jamas veremos en nuestra “cosmopolita vida”... pero eso sí, siempre respetando el medio ambiente y dejándolo todo, al menos, igual que nos lo hemos encontrado. ¡Eso por supuesto!

Así pues, malasañeras, malasañeros, seamos muy responsables en este verano atípico que nos está tocando vivir y aprovechemos para redescubrir nuestro país. Echémosle también una mano a esos pequeños comerciantes y hosteleros que, igual que todos, están sufriendo los efectos de este parón provocado por el MALDITO Covid. Cuidaos, disfrutad, y... ¡nos vemos a la vuelta!

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¿Volver a empezar? Qué pereza, pensaréis algunas... ¡Pues no! Ya todas conocéis la historia de MalaSaña, y las que no... ¡Id corriendo a la primera entrada del blog! Que ahí lo contamos todo con pelos y señales. Ya sabéis que desde hace unos meses, el #TeamMalaSaña hemos empezado una nueva aventura por Castilla, más concretamente en Palencia. Y aunque no es exactamente volver a empezar... se le parece un poco. Después de estos meses de aclimatarnos, pandemia global incluida, ya estamos más o menos estables y con la tienda online funcionando mejor a cada día que pasa... ¡y todo gracias a vosotras! Por ello y por toda la experiencia previa, no es un “empezar de cero”. Hay muchos errores que ya cometimos en el pasado y que nos han hecho aprender de ellos y estamos preparados y deseando cometer nuevos errores con los que nos frustraremos, enfadaremos e incluso nos reiremos, pero siempre sacando lo positivo de cada error.

Siempre hay enseñanzas y cosas positivas. Porque... hay que ser positivos en esta vida ¿no? y ojo, que no es que ahora vengamos con ningún slogan publicitario de positividad desmedida, como hacen otras "MisterWondermarcas". ejem jajaja

Es por esto por lo que, después de seis meses viviendo en nuestra nueva

ciudad, queremos decir justo ahora que


MalaSaña vuelve a empezar. A partir de aquí. De ahora. De este momento. Ahora es tiempo de trabajar duro, crecer y porque no, soñar. Soñar como si no hubiera un mañana. Paso a paso pero con la ilusión de la primera cita de dos quinceañeros un ocho de junio cualquiera jajajaja porque MalaSaña se ha construido siempre a base de buen rollo del auténtico, del que mola, no de la sonrisa falsa y facilona. En MalaSaña lo que hacemos, lo hacemos de corazón. Agarraos, malasañeras, que the best is yet to come. Bienvenidos, bienvenidas a la República Independiente de MalaSaña.

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Hablemos claro. Esta pandemia, con el consiguiente confinamiento, se nos esta haciendo bola. Se está alargando más que un día sin pan y es necesario, creo yo, detenerse un instante a analizar lo que está pasando. Muchos de los llamados influencers nos están vendiendo una vida perfecta, llena de sonrisas y buen rollo. Yo digo BASTA YA. Necesitamos recuperar el control y ya que con la cuarentena no lo podemos hacer porque se escapa a nuestro poder, hagámoslo con nosotras mismas. Recuperémonos. Porque está bien no estar bien a veces. No pasa nada si un día no tienes ganas de subir 20 stories contando lo maravilloso que es todo. Más que nada porque no siempre lo és. 


Normalicemos aceptar que hay días flojos. Días buenos, días regulares y días jodidamente malos. Días en los que no apetece abrir ese libro que tienes a medias, por ejemplo. Días en que los que lo único que te nace es quedarte en el sofá y ponerle el piloto automático al cerebro. Pues bien: No pasa absolutamente nada. ¿Sabes porqué? Porque eso implica que somos personas y no máquinas. Que tenemos altibajos porque somos humanos. Y es que precisamente estos días flojeras son los que nos harán coger impulso para volver a estar en la cresta de la ola. 


Así que cero agobios, malasañeras, que de esta saldremos todas juntas. Más fuertes y más solidarias. Mejores. Ya llagarán tiempos de cantar hasta quedarse afónica, de bailar hasta tener agujetas o de besar como si no hubiera un mañana. Y si hoy no es uno de esos días, no te fustigues. Sírvete un vino y un poco de queso porque mañana te volverás a comer el mundo. 



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